Desde que empecé mi viaje la gente tiende a referirse a mí con alguno de estos dos términos. ¡Ay que ver lo que nos gustan las etiquetas!
Pero lo más me sorprende de este tema, es el pique que he llegado a presenciar en algunas conversaciones. En estos meses viajando he conocido a muchas personas, de ambos grupos, hablando con cierto rencor de «los otros». Algo que aún no he llegado a entender. Hasta en Instagram he visto varias veces este debate…
Mochilero
A todo el mundo le viene a la cabeza la misma imagen. Cuando oyes esta palabra te imaginas a una persona con una gran mochila cargada a la espalda. Pero ser mochilero no es sólo cambiar la maleta por la mochila, va más allá. Su filosofía es viajar de la forma más barata y libre posible. Es independiente, huye de los tours y viajes organizados. La improvisación es la esencia de su viaje. Tienen ese aire místico que caracteriza a las personas que han vivido experiencias de los más surrealistas e interesantes. Es muy divertido hablar con ellos, tienen mil historias que contar de sus viajes. La mayoría están viajando por largos periodos de tiempo, o al menos tienen intención de hacerlo. Son almas libres que eligen ganarse la vida de las formas más ocurrentes, poniendo por delante su calidad de vida antes que un gran sueldo. Ah! Y que no se me olvide… No sé por qué, algunos también asocian la falta de higiene a este grupo.
¿Eres de l@s que piensa eso? Que sepas que los hostels también tienen duchas, y sí, los mochileros las usamos.
Nómada digital
Este estereotipo también está muy claro, persona que viaja con un ordenador portátil detrás. Si entramos en detalles, la mayoría tiende a imaginarlos en una tumbona en la playa bebiendo un rico cóctel mientras trabaja. La típica foto de postureo, vaya. Que por cierto, no es real. El sol refleja en la pantalla y es imposible trabajar. Créeme, lo he probado. Pero si bien lo piensas, esa imagen representa su esencia, la libertad. Libertad de trabajar desde cualquier lugar del mundo (siempre y cuando tenga wifi) sin depender de una oficina o un horario cerrado con el que cumplir. Muchos incluso deciden emprender su propio proyecto para tampoco depender un jefe. Su filosofía es apostar por un estilo de vida que les permita vivir más fiel a sus valores para tener más tiempo que dedicar a lo que realmente quieren.
¿Mochilera o nómada digital?
Yo personalmente, siempre me he sentido más parte del primer grupo. Sin embargo, suelo escuchar más que me etiquetan en el segundo. Cosa que a mí hasta ahora me provocaba la risa floja. A pesar de viajar acompañada de mi portátil y tener mi blog, hasta el momento nunca me había considerado una nómada digital. Supongo que porque asociaba el factor económico como factor decisivo a la hora de diferenciar entre un grupo u otro.
Pero ayer, después hablar con mi amiga Alicia sobre mis días vividos en Myanmar el último mes, he de confesar que empecé a dudar.
¿Acaso una cosa quita la otra?
¿Acaso alguna de las características que describen estos dos grupos impide formar parte del otro?
Actualmente estoy viajando sin billete de vuelta por el sudeste asiático en un gran viaje de autoconocimiento gracias a mis ahorros. En estos 6 meses ya he visitado Indonesia, Malasia, Tailandia y Myanmar. Y aunque este sea el lado más visible en las redes sociales, mi viaje no ha sido sólo eso. Especialmente en los últimos meses, mi viaje también incluye una parte importante de mi tiempo al desarrollo mi proyecto. ¿Me convierte eso en nómada digital? ¿Me excluye de ser mochilera?
Sinceramente, no me gustan las etiquetas. Y menos si son excluyentes.
Llámame rara, pero la verdad, creo que soy las dos cosas, y me parece perfecto. Para mi desarrollo personal en este gran viaje veo importante tener momentos para todo. Hay veces que mi instinto me pide acción, vivir unos días más aventureros. Pero también hay veces que el cuerpo me pide frenar y disfrutar con más detenimiento de un lugar o simplemente del hecho de dedicarle más horas al blog. ¿Y por qué no?
Si te fijas bien en las descripciones, en las palabras claves de cada grupo, puedes comprobar que su esencia, es exactamente la misma.
Muchos dirán que no es lo mismo, que no se puede. Yo creo que, como todo en esta vida, es cuestión de encontrar un equilibrio. Un equilibrio que tal vez a veces no es fácil de alcanzar, pero no imposible. Yo misma lo he comprobado este último mes intentado viajar y trabajar al mismo tiempo desde Myanmar. ¿Es realmente imposible viajar y trabajar al mismo tiempo?
Este tema da para otro de mis debates. Pero así resumiendo, me atrevería a decir que según cómo se mire. Si quieres hacer las dos cosas a la vez diría que sí, es imposible. Yo al menos no soy capaz de estar haciendo un trekking hasta el Lago Inle mientras escribo un nuevo post. Pero sí puedo dedicar un mes a disfrutar de Myanmar y el siguiente a vivir en mi ciudad favorita del sudeste asiático mientras escribo. La clave está en combinar, en buscar ese equilibrio.
¿Tú cómo lo ves? ¡Cuéntame tu experiencia en los comentarios!
Y ahora para que te rías un rato, te pongo este vídeo que me descubrió mi amigo Oliver y que me viene siempre a la cabeza cuando escucho la palabra mochilero.
Ser mochilero, nómada digital, aventurero, turista, viajero… mientras una sea lo más feliz posible, con más ratos buenos que malos, a mi me vale. Susana, me ha encantado leerte. Un abrazo de tu dragón.
Estoy totalmente de acuerdo mi dragón!! Lo importante es ser fiel a una misma y nuestros valores,no hay mayor felicidad que esa 🙂 Un abrazooooo!
La verdad es que es un tema complicado por la falta de rutinas. El sueño tienen que ser lo ingresos pasivos y no tener que dedicar tiempo a trabajar…. o al menos ese es mi sueño.
Hola Javi! En mi caso, mi sueño no es alcanzar la estabilidad financiera mediante ingresos pasivos. A mí me gusta más el contacto con las personas, pero está claro que cada uno buscamos algo diferente y todas las opciones son buenas. En en fondo, creo que tanto para unos como para otros, lo importante es dedicar nuestro tiempo a algo que nos guste y nos haga felices para poder disfrutar al máximo de nuestra vida.
🙂