Al norte de Vietnam, cerca de la frontera con China, se esconde uno de los mejores paisajes que verás en tu ruta por Vietnam. Sapa, un lugar en plena naturaleza donde desconectar respirando aire puro mientras caminas entre arrozales.
A unos 1.600 metros de altitud, hacer trekking en Sapa y disfrutar del Homestay te hará vivir una de las mejores experiencias de tu vida.
Índice
Cómo llegar a Sapa
Llegar a Sapa por tu cuenta es muy sencillo. Las mejores opciones son:
Bus nocturno:
- Ventajas: más barato y rápido, además llegas directo a Sapa.
- Inconvenientes: las camas son muuuy pequeñas, compartes espacio con mucha gente y las carreteras no son muy buenas, lo que hace muy complicado que puedas dormir.
Tren nocturno:
- Ventajas: camas algo más grandes, puedes elegir habitación compartida o privada.
- Inconvenientes: llegas a Lao Cai, donde tienes que coger un bus/van que algo menos de una hora te deja en Sapa.
Yo elegí la segunda opción, lo contraté a través de Vietnam Impressive, aquí puedes ver todas las compañías posibles y sus tarifas.
No te voy a mentir, el tren también se menea pero si eres de los que se marea (como yo) te tomas una Biodramina y a dormir como un lirón! Hay varias compañías pero en realidad el tren es el mismo. Lo que varía es el estado y la decoración de los vagones según la que elijas. Yo fui con KING EXPRESS y estaba bastante limpio y era cómodo. Después de todo lo que había leído por ahí me esperaba lo peor, pero acabé gratamente sorprendida.
Salimos de Hanoi a las 22:00 y llegamos a Lao Cai a las 6:10. Para llegar a Sapa hay que coger el bus (30.000 VND) o una de las miles de furgonetas que hacen de taxi hasta allí (40.000VND).
Trekking en Sapa
Para hacer trekking en Sapa tienes varias opciones:
- Excursión contratada en agencia de Hanoi o Sapa.
- Ir por tu cuenta.
- Contactar directamente con alguna local.
Aunque siempre soy partidaria de la opción de ir por libre, en este caso te voy a recomendar que busques una buena guía local y disfrutes de la aventura de otra manera.

MIMI (teléfono: 01654414661)
En las excursiones organizadas por agencia también vas acompañado normalmente por alguna mujer de una tribu. Sin embargo, vas en grupo. El trato no es tan directo, ni la ruta tan personalizada. No deja de ser una actividad ya organizada marcada por unos tiempos que hay que cumplir.
Ir por libre puede ser genial, pero también más complicado. Moverte por allí sin conocer las sendas no es tan sencillo y además así te pierdes lo mejor de esta experiencia, la convivencia con las tribus.
Por eso, hablar directamente con alguna local y acordar un precio por una ruta a tu gusto y en exclusiva para ti, creo que es la mejor opción. Yo así lo hice y repetiría sin dudarlo. Acordé con Mimi un homestay que incluía el trekking de dos días, la comida y la cena del primer día, y el desayuno y la comida del segundo día. Y lo mejor, el alojamiento de 1 noche en su casa con su familia en exclusiva para nosotras por 20$.
Luego, casualidades la vida, nada más llegar conocimos a una pareja de franceses con la que enseguida hicimos buenas migas y les invitamos a venir con nosotras. Pero bueno, eso ya fue nuestra decisión, nos apetecía conocer gente nueva y la verdad es que ser cuatro fue divertido.
Mimi se empeñó en llevarnos por una ruta menos turística y fue genial. Había leído que Sapa estaba cada vez más masificada, pero esa no fue para nada mi sensación. El único lugar donde había mucha gente era en la Iglesia, al llegar, porque es donde se concentra la gente para buscar o quedar con su guía.
Estando allí se nos acercaron varias mujeres y algunas niñas para que les compráramos algo, pero al decir que no y no hacerles mucho caso tampoco nos insistieron mucho. Lo peor fue ver esas niñas tan pequeñas (de unos 5 años) cargando con bebés llorando a la espalda detrás de la gente. ¡Que lástima! Buscan dar pena para que la gente les compre, pero por favor no lo hagas. Si nadie lo hace no les harán pasar por eso y podrán ir al colegio con los otros niños. He de decir que las pocas niñas que vi eran de una tribu en concreto, las que llevan falda (que si no me equivoco, es la tribu Dzay).
Por lo demás, en nuestras 5 horas de trekking solo nos cruzamos con dos grupos y fue en la parada de la comida. En ruta solo coincidimos con un chico alemán que iba solo con otra chica de la tribu. Nuestra única compañía era la cantidad de animales con los que nos íbamos encontrando por el camino. Caballos, cerdos, cabras, patos, gallinas y por supuesto, búfalos de agua.
Los caminos son de tierra arcillosa, especialmente resbaladiza si está mojada. Imprescindible zapatillas de trekking para no acabar en el suelo, aunque es sorprendente ver como ellas se mueven como pez en el agua con sus botas de agua.
Lo mejor es que a lo largo del camino te hablan de su cultura y tradiciones, y puedes aprender cantidad de cosas curiosas. Es sorprendente lo bien que hablan inglés, lo aprenden a base de escuchar, por eso son incapaces de entenderlo escrito o escribirlo ellas mismas. Con razón organizan todo hablando directamente con el móvil… Las más modernas ya hasta se atreven con el Facebook, pero aún son pocas.
Mimi, de la tribu H’mong (la tribu más numerosa), tiene 3 hijos. La más pequeña (5 años) estaba interna en el cole entre semana porque no es capaz de ir sola hasta allí cada mañana. El mediano, vive con ellos y se levanta cada día a las cinco de la mañana para andar dos kilómetros hasta su colegio. Y la mayor de 14 años ya está casada y vive con su marido. ¿Cómo te quedas? Increíble el cambio cultural tan diferente entre su modo de vida y el nuestro.
Lo bueno es que al ser solo 4 personas podíamos hablar con ella todo el rato sobre su modo de vida y descubrir curiosidades como esta. ¿Sabías que una vez se casan ya no se pueden cortar el pelo? Se lo recogen con un peine grande que esconden bajo el pañuelo.
A mitad de ruta paramos a comer en una especie de terraza cubierta. Podíamos elegir qué comer pero la bebida no estaba incluida. La comida estaba buena y se notaba que era fresca. Hasta pudimos ver como cazaban al siguiente pollo que acabaría en el próximo plato de noddles.
Después de comer seguimos andando un par de horas más rodeados de arrozales y pasando por pequeñas aldeas, riachuelos e incluso una iglesia hasta llegar a casa de Mimi.
Homestay en Sapa
Nada más llegar nos enseñó su casa y nos ofreció un happy thea (té de marihuana) que nos aseguró que nos recargaría las pilas. Allí estaba su marido encargándose de las tareas del hogar, a los hombres no les gusta tanto socializar con los extranjeros. Se encargan más de la casa y el campo dejando que sean la mujeres las que se encarguen de hacer de guía y elaborar artesanía para su venta a los turistas.
Su casa es una cabaña de madera bastante grande. En el centro tiene un espacio libre donde se monta la mesa para comer y a los lados las “habitaciones” que en realidad son parte de esa misma sala común pero con camas tapadas por una mosquitera y una cortina. También tienen una pequeña cocina, que en realidad solo era un hornillo de camping con dos fogones y dos lejas en las que poner algunos platos. Nada eléctrico, ni nevera, ni congelador, ni nada. Allí se come al día siempre. De hecho solo tienen dos enchufes para poder cargar los móviles y nada más.
En la parte de fuera hay una terraza por la que podías encontrarte con todo tipo de animales: gallinas, pollos, perro, gato e incluso un cerdo. También fuera estaba la “ducha” (grifo con el que podías darte un agua) y el “baño” (agujero donde podías hacer tus necesidades y luego retirarlas a base de cacitos de agua).
Después de un rato de descanso calentándonos alrededor de la hoguera, el marido se puso a preparar la cena ahí mismo en el fuego y Mimi nos enseñó a hacer rollitos vietnamitas ¡Los mejores que he probado en todo el viaje! Todo un manjar con varios platos, todos deliciosos.
Fue muy divertido cenar con ellos compartiendo historias. Al acabar el marido sacó la happy water, un licor de arroz muuuy fuerte que fui incapaz de beber. (Y menos mal porque los que sí pudieron al día siguiente se arrepentían por tener la tripa revuelta).
El día siguiente, después de un delicioso desayuno de tortitas con miel y plátano (el típico desayuno vietnamita), Mimi nos dejó que nos probáramos su ropa mientras nos explicaba las diferencias entre unos trajes y otros.
Mientras su marido nos tocaba música regional con una tradicional flauta de pan llamada Khen, y su madre nos enseñaba la artesanía que ella misma elaboraba.
Recomendaciones:
- No tengas miedo de llegar allí sin nada reservado, en cuanto llegues se acercarán a ti cantidad de mujeres, vestidas con la indumentaria tradicional de su tribu, ofreciéndose para ser tu guía e invitándote a su casa. Negocia con ellas y elije la que mejor te caiga. Si no quieres complicarte buscando, puedes contactar directamente con Mimi: (teléfono: 01654414661). 100% recomendable.
- Recomiendo negociar directamente con ellas por varias razones. La primera es que así el dinero va a quien realmente lo necesita, la familia. Y la segunda que es una experiencia mucho más real. No dependes de ser parte de un grupo. Tienes el privilegio de vivir la experiencia en exclusiva con ellos. Será mucho mejor, te costará menos y no, no te preocupes porque es imposible que llegues allí y no quede ninguna. Te aseguro que tendrás muchas opciones entre las que elegir.
- Vive la experiencia del Homestay por libre. ¡Esa es la gran experiencia que tienes que vivir en Sapa!
- Dedica a la zona mínimo 2 días, pero si puedes más mejor. Merece la pena.
- Antes de ir mira bien la previsión del tiempo, con niebla y lluvia fuerte no podrás hacer nada.
Fueron dos días de trekking entre maravillosas vistas y muchas risas descubriendo todas las curiosidades y la forma de vida de la tribu de los H’mong.
Sapa es uno de esos lugares que nunca defrauda. Ni siquiera el mal tiempo puede estropear un paisaje como ese. La niebla impedía ver algunos de los paisajes que nos rodeaban, pero le daba un toque de misterio al lugar.
Los H’mong te abren las puertas de su casa y de su vida. Convivir con ellos, cocinar con ellos y ser uno de más por unos días es algo que no tiene precio. Sin duda una de esas experiencias que nunca se olvidan y que espero algún día poder repetir. Un imprescindible.
¿Y tú? ¿Has estado en Sapa o te gustaría ir? ¡Cuéntame tu experiencia!
Artículos relacionados:
25 consejos para viajar a Vietnam
15 días por libre en Vietnam y Camboya
Guía para visitar la Bahía de Halong